viernes, diciembre 19, 2008


«Mirad hecho hombre al Creador del hombre para que mamase leche el que gobierna el mundo sideral, para que tuviese hambre el pan, para que tuviera sed la fuente, y durmiese la luz, y el camino se fatigase en el viaje, y la Verdad fuese acusada por falsos testigos, y el juez de vivos y muertos fuera juzgado por juez mortal, y la justicia, condenada por los injustos, y la disciplina fuera azotada con látigos, y el racimo de uvas fuera coronado de espinas, y el cimiento, colgado en el madero; la virtud se enflaqueciera, la salud fuera herida, y muriese la misma vida»

San Agustín (Sermo 191,1: PL 38,1010).

martes, diciembre 02, 2008


Haga yo Tu Voluntad

Mateo 6

9 Ustedes deben orar así:
‘Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra,
así como se hace en el cielo.
11 Danos hoy el pan que necesitamos.
12 Perdónanos el mal que hemos hecho,
así como nosotros hemos perdonado
a los que nos han hecho mal.
13 No nos expongas a la tentación,
sino líbranos del maligno.’

En el Evangelio de Mateo, Jesús nos enseña a orar con una sencilla oración, el Padre Nuestro. Mucho es lo escrito sobre esta oración que, para ser perfecta, requerirá el compromiso del orante. La oración en sí, sin el hombre, no será oración, para serlo es necesario que el hombre se comprometa con ella y con la letra con que Jesús nos sugiere que nos dirijamos a su Padre, nuestro Padre.
Es importante ver que cuando Jesús dice Padre nuestro, lo dice por El junto con nosotros, no dice ni mío ni vuestro sino nuestro, en igualdad de condiciones.
Si el Padre está en el cielo no es porque el cielo sea un lugar que contiene a Dios, sinó que donde Dios está es el cielo.

En este marco, comprometiéndome con lo que proclamo, entiendo que en al versículo diez tengo que ser yo quién reciba al Reino y yo también quién haga la Voluntad del Padre, diría entonces: “que reciba yo tu reino en mi interior y que haga yo Tu Voluntad en ésta vida terrena como se hace en el Cielo donde aquellos que están en tu presencia solo desean cumplirla."
Lo que estoy pidiendo al Señor aquí es estarme en Su presencia, recibiendo el Reino y contemplándolo por medio de la Fe para que al igual que en el Cielo solo desee hacer su voluntad.
De éste modo estamos pidiéndole vivir el Cielo en la tierra como lo hacía Sor Isabel de la Trinidad, que no es otra cosa que habitar donde habita Dios, en nuestro interior donde estamos es su presencia y solo deseamos hacer Su Voluntad como es en el cielo y porque al estar habitado por Dios es cielo también.


Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo. Ap. 3:20

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miércoles, noviembre 26, 2008



...y les estaba sujeto (Lc. 2, 51)Tamaño de fuente



Jesús en seguida se fue con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto (Lc. 2, 51)

Lucas resume treinta años de vida de Jesús diciendo que estaba sujeto a sus padres, la Sagrada Escritura no consigna otro dato de la vida de Jesús hasta los treinta años: y les estaba sujeto, les obedecía...

En la acción de estarse sujetos, una mano se sujeta a otra mano que a su vez la sujeta, y así como la mano del chico es la que se aferra para no soltarse, su confianza estará sin embargo en la mano de su padre que la sujeta. No es en su fuerza en la que confía, más allá de que no dejará de hacer su aporte, sino que solo será la confianza en quién si puede conducirlo la que le da la paz y la seguridad.

Más adelante, cuando Jesús emprenda su vida pública, su enseñanza será que ha venido a hacer la Voluntad de su Padre, y le estará sujeto hasta su muerte en la cruz.

Me interpela aquí el ejemplo de Jesús a reflexionar en la forma en que manejo mis decisiones para discernir cuando es mi voluntad y no Su Voluntad la que dirige mi vida, y para poder estarme a El sujeto.
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jueves, noviembre 20, 2008

...es menester haya siempre qué quemar

Libro de la Vida
Santa Teresa de Jesús


Capítulo 30

20. Parece también como un fuego que es grande y, para que no se aplaque, es menester haya siempre qué quemar. Así son las almas que digo. Aunque fuese muy a su costa, querrían traer leña para que no cesase este fuego. Yo soy tal que aun con pajas que pudiese echar en él me contentaría, y así me acaece algunas y muchas veces; unas me río y otras me fatigo mucho. El movimiento interior me incita a que sirva en algo -de que no soy para más- en poner ramitos y flores a imágenes, en barrer, en poner un oratorio, en unas cositas tan bajas que me hacía confusión. Si hacía o hago algo de penitencia, todo poco y de manera que, a no tomar el Señor la voluntad, veía yo era sin ningún tomo, y yo misma burlaba de mí.
Pues no tienen poco trabajo a ánimas que da Dios por su bondad este fuego de amor suyo en abundancia, faltar fuerzas corporales para hacer algo por El. Es una pena bien grande. Porque, como le faltan fuerzas para echar alguna leña en este fuego y ella muere porque no se mate, paréceme que ella entre sí se consume y hace ceniza y se deshace en lágrimas y se quema; y es harto tormento, aunque es sabroso.
21. Alabe muy mucho al Señor el alma que ha llegado aquí y le da fuerzas corporales para hacer penitencia, o le dio letras y talentos y libertad para predicar y confesar y llegar almas a Dios. Que no sabe ni entiende el bien que tiene, si no ha pasado por gustar qué es no poder hacer nada en servicio del Señor, y recibir siempre mucho.
Sea bendito por todo y denle gloria los ángeles, amén.


El Señor es quién enciende el fuego en nuestro Corazón y es Él quién lo mantiene.
En nuestra pequeñez pretendemos hacer algo, y eso está bien, pero no somos nosotros ni nuestro esfuerzo lo que mantendrá la llama ardiendo, la llama que arde es la presencia de Dios en nuestro Corazón y está allí porque El nos ama y ha decidido hacernos caminar a su encuentro.
De todos modos, el Señor quiere que hagamos el esfuerzo y nos entreguemos a esa tarea para que así veamos nuestra impotencia, lo poco que es todo el esfuerzo del hombre y lo grande del regalo que nos da por Gracia, todo es Gracia, todo es Gratis, todo es Amor.
Nuestro esfuerzo es necesario pero no porque sea lo que mantendrá la llama encendida sino porque es la nada que El quiere de nosotros para entregarnos lo Todo.

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martes, noviembre 11, 2008

Te seguiré adondequiera que vayas - Lucas 9: 57

Jesús hace el primer llamado a Pedro a Seguirle

Mateo 4
18 Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos,
Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar,
pues eran pescadores,
19 y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.»
20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.

Pedro es llamado personalmente pero a la misma vez junto al resto de sus hermanos.
Pedro, que es laico y está abocado a su trabajo, debe dejar todo y seguirlo.
Podemos identificar este llamado al del Bautismo que nos invita a seguir a Jesús. Todos los Cristianos estamos llamados a éste seguimiento, aunque en su esencia es un llamado individual, a cada uno en particular, es al mismo tiempo general para todo el pueblo Cristiano.

Pedro vive su vida como un seguimiento a Jesús:

Mateo 16
13 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a
sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?»
14 Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros,
que Jeremías o uno de los profetas.»
15 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»

Pedro camina con Jesús en sus travesías.
Lo reconoce como el Hijo de Dios Vivo.

Mateo 16
22 Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos
de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!»
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás!
¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino
los de los hombres!
24 Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
25 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su
vida por mí, la encontrará.

Pedro pone de sí todo lo que tiene para dar, todo lo que tiene para dar está basado en sus capacidades humanas. Sus pensamientos, y por tanto sus fuerzas, no son las de Dios sino las de los hombres.
Cristo le pide ahora para seguirlo no solo dejar las redes, cosa que ya hizo, sino dejarse a sí mismo para seguirlo.

Pedro, luego de dejarlo todo, recibe el segundo llamado a seguir a Jesús

Lucas 22;61 - Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: «Antes que el gallo cante, me negarás tres veces». 62Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.

Cuando Pedro en la noche de la Pasión de Jesús lo niega tres veces cae en la cuenta de su debilidad y de su impotencia. Es como si muriese el viejo Pedro, el que quería hacer las cosas con sus fuerzas y su dedicación. Ya no volvemos a ver al Pedro de antes en el resto de los relatos del Evangelio.
En éste punto se quiebra el Pedro confiado en Sí mismo.

Juan 21
1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a
orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera.
2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael,
el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
3 Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También
nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche
no pescaron nada.

Pedro está volviendo a su vida de Pescador, y sale de nuevo al mundo, a la pesca.
Es de noche y la pesca es infructuosa, es de Noche, noche del espíritu.
La negación hasta de sí mismo para seguir al Señor lo ha conducido a la noche.

4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.

Está amaneciendo y ve a Jesús en la orilla, o también está saliendo de la purgación.
Jesús lo espera con el fuego para volver a calentar su espíritu y para darle Alimento para la nueva travesía. Al igual que a Elías, antes de enviarlo hasta la cueva en el torrente, donde se le manifestará el Señor.

5 Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron:
«No.»
6 El les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.
7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el
Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar.

Es un Jesús distinto, apenas si lo reconocen, no es como lo conocían mientras estaba en el mundo, aunque saben que es El. Hace entonces un signo, el de la pesca, para que no teman, que sepan que es El.
Pedro está desnudo ( la desnudez de los apetitos )
Ahora renace el espíritu en Pedro, se apura, se pone la túnica y se arroja al mar.
Los Judíos comen la cena Pascual con la Túnica ceñida, en señal de estar caminando, o sea el ponerse la Túnica en Pedro es señal que está dispuesto a caminar. El arrojarse al Mar, lo mismo que el navegar Mar adentro, es símbolo de seguirlo a donde sea, es arrojarse confiado al lugar a donde El esté.

8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los
peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.
9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre
ellas y pan.
10 Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.»
11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes:
ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.
12 Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se
atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor.
13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el
pez.
14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos
después de resucitar de entre los muertos.
15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de
Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»
16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le
dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis
ovejas.»
17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se
entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le
dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús:
«Apacienta mis ovejas.

Jesús pegunta a Pedro si lo ama, como para que Pedro entienda que lo que Jesús busca en el es el Amor con que se corresponden las Almas que se aman. Estamos aquí empezando a hablar de desposorio espiritual. Debe estar basado en el Amor. Pedro no entiende esto, el sabe que lo ama, Jesús se lo hace repetir como para que Pedro sepa que lo que le va a regalar es precisamente porque lo ama, porque se aman. Pedro, que sabe que lo negó, no llega a entender que Cristo le está haciendo ver que lo sigue amando.
Le encarga el cuidado de sus ovejas, o sea, le encarga su propia Misión de Pastor, lo que es revestirlo de sus mejores Joyas, que son sus propias ovejas. Lo reviste como el Novio a la Novia con sus mejores Joyas para el desposorio. Le pone la corona, lo ha revestido de su propio tesoro, el pastoreo de las Almas de los Hombres.

18 «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te
ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus
manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.»
19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a
Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

Le anuncia que de ahora en mas, no va a disponer mas de sus decisiones ni de su vida, irá donde lo lleven y lo vestirán otros. Ese Pedro tan fuerte y autosuficiente se hace obediente y débil. El apóstol Pablo incluso lo corregirá en sus actitudes y él lo aceptará, es otro Pedro el que vive luego de la Noche.
Es el Amanecer como dice el texto, es el nuevo día, es la nueva Vida.

20 Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús
amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le
había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
21 Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?»
22 Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga,
¿qué te importa? Tú, sígueme.»

Jesús le pide que lo siga. Es el segundo llamado y el definitivo. Santa Teresa habla de su segunda Conversión. El llamarlo y el responder al llamado es una misma operación, se ve esto en el texto cuando a continuación del Sígueme, Pedro se da vuelta y ve al discípulo amado que los viene siguiendo, no hay en este caso redes que dejar para seguirlo, es todo un mismo movimiento. Esta segunda Conversión de Pedro es toda acción de Jesús, Pedro no debe ni puede hacer nada, es todo regalo.

Al ver Pedro al discípulo que los sigue pregunta por él a Jesús, y la respuesta de Jesús es que no se preocupe de nada, que ésta intimidad a la que lo lleva es solo entra Dios y Pedro, que Dios ama a todos los hombres, pero el entrar en la segunda llamada, en el Matrimonio espiritual, es individual para cada Alma, y le repite: Tú Sígueme.

Nada mas se dice luego en Juan de lo que Dios habla o regale a Pedro, es un diálogo entre Almas Enamoradas y su Intimidad es Privada.
Todo el Camino de Pedro fue entre los Hombres, la Iglesia y su vida, lucha y fracasos del mundo, pero ahora, luego de la Purgación y los fracasos viene el Señor e introduce a Pedro a su bodega, a su intimidad.

Nuestra Invitación al Carmelo trata sobre ésta segunda llamada, la llamada a la intimidad con el Señor. Pero al igual que Pedro, solo después de que hayamos pasado por la noche tendremos un amanecer con Jesús que nos espera con el fuego encendido para compartir con El el fruto de nuestro trabajo.
El enciende el fuego, El provee los peces, el pan, el calor y el descanso que nos fortalecerá para la travesía que deberemos solitariamente recorrer hacia su encuentro.
Para ese encuentro espiritual, para ese desposorio para el que el Señor nos reviste de sus propias joyas y para el cual romperá El mismo la tela para el dulce encuentro.

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viernes, octubre 31, 2008

Vanidad de vanidades

Eclesiastés 1

2 «Vanidad de vanidades —dijo el Predicador—; vanidad de vanidades, todo es vanidad».
3 ¿Qué provecho obtiene el hombre de todo el trabajo con que se afana debajo del sol?
4 Generación va y generación viene, pero la tierra siempre permanece.
5 Sale el sol y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta.
6 El viento sopla hacia el sur, luego gira hacia el norte; y girando sin cesar,
de nuevo vuelve el viento a sus giros.
7 Todos los ríos van al mar, pero el mar no se llena.
Al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo.
8 Todas las cosas son fatigosas, más de lo que el hombre puede expresar.
Nunca se sacia el ojo de ver ni el oído de oír.
9 ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será.
¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará, pues nada hay nuevo debajo del sol.

Estos días, a partir de la hecatombe financiera Mundial uno se preocupa. Luego, uno mira la situación de la Argentina y se preocupa aún más, y se indigna ante la injusticia, el abuso, la falta de respeto por los demás, por la soberbia de nuestros gobernantes, por la mentira en que se manejan. Uno podría llegar a enfermarse si de detuviese allí. Ese es el objetivo del mal, en que uno se detenga allí. Ese sería por cierto el escenario del hombre sin Dios, El hombre en mano de los hombres.

Jeremías 17

5 Así ha dicho el Señor: «¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta del Señor!

Naturalmente los hombres ponemos nuestra confianza en lo que nuestras fuerzas puedan hacer, nos olvidamos de Dios, como no lo vemos actuar pretendemos tomar su lugar. Continúa Jeremías:

6 Será como la retama en el desierto, y no verá cuando llegue el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.

Impresiona la sentencia donde dice que por confiar en su fuerza, no verá cuando llegue el bien. Se podría entender que no estará allí cuando llegue la acción de Dios, como también que estará tan ocupado luchando que no verá a Dios actuando…cualquiera de las dos posibilidades son negativas porque nos sumergen en la desesperanza. Si solo nuestro esfuerzo podrá lograr la solución…estamos solos en una gesta injusta y nos vamos ensombreciendo, nuestra preocupación e indignación nos aísla en una lucha desigual, porque nuestro enemigo no es de carne y hueso como afirma San Pablo.

7 »¡Bendito el hombre que confía en el Señor, cuya confianza está puesta en el Señor!,
8 porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces. No temerá cuando llegue el calor, sino que su hoja estará verde. En el año de sequía no se inquietará ni dejará de dar fruto.


Entonces, el problema vuelve al comienzo, a que todo es pasajero, a que solo son situaciones donde lo valioso reside en su efecto en el hombre y la respuesta que el hombre da, lo único no vano porque está asentado en Dios.
El hombre es invitado a ser parte de la cuerpo de Cristo, del Cuerpo de Dios, por lo tanto infinito, por lo tanto no es vano.

En un contexto de vida Eterna, todo el resto es vanidad, el querer adueñarse de las cosas es atrapar vientos, ya que sabemos el viento que es atrapado deja de ser viento y es solo aire, el viento solo puede ser libre, porque al detenerse se convierte en ilusión.
Lo mismo pasa con los elementos que queremos dominar.
En la vida terrena, la Esperanza es la que ocupa ese lugar, la de que aquellos hechos que nos quieren dominar no se hagan dueños de nuestra voluntad, de nuestros esfuerzos ni de nuestros sueños. La Esperanza lleva nuestro destino a las manos del Señor para que él permita o destruya lo que a él le plazca.
Volviendo a Jeremías, el énfasis está en Aquel en quién depositamos la confianza, en el hombre o en Dios, pero eso no quita que en cualquiera de los dos casos haya que luchar, solo que en caso de haber confiado en el Señor, la lucha es contra enemigos vanos, mientras que en el caso de depositarla en el hombre hacemos vana nuestra esperanza, y sin Esperanza nos hacemos vanos nosotros también.

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domingo, octubre 26, 2008



Vine a Traer Fuego

Evangelio según San Lucas 12,49-53.Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!

A Partir de un slogan que repartía impreso en una cajita de fósforos una organización abortista con motivo del arribo del Barco de la muerte a España, se me ocurrió que el Señor había elegido a ésta gente para profetizar, para hacernos entender a los Cristianos de cuál es el problema que vivimos en nuestra misión de ser testigos de Cristo en el Mundo.
La frase decía en el frente de una cajita de fósforos: La única Iglesia que ilumina es aquella que arde. En el reverso de había una imagen de una iglesia ardiendo y la incitación a ser parte con la palabra “colabore”.
Me impresionó la verdad de la frase y la necesidad del compromiso al que desde la gente que nos critica se nos hace a desempeñar nuestra misión. Cristo mismo, en el evangelio del día siguiente se sumó al reclamo a arder.
Para nosotros que estamos comprometidos a difundir el Reino de Dios entre los hombres, la Iglesia es el cuerpo de Cristo, al que estamos invitados a formar y dar forma, aportando nuestros denarios, o mejor, donando nuestro cuerpo mortal al cuerpo inmortal de Cristo. Ese cuerpo espiritual vive en el Amor de Dios, su cabeza es Cristo.

Elías respondió: Ardo de Celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los Israelitas han abandonado tu Alianza y derrumbado tus Altares, y a filo de la espada han matado a tus profetas. 1 Reyes 19; 10

La respuesta del Señor, es ese fuego que ardiendo en el corazón motiva y da fuerza a Elías.

San Mateo 5; 14:16
“Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa., Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.

Jeremías 20; 9
Si digo: “No pensaré más en el Señor, no volveré a hablar en su nombre”, entonces tu palabra en mi interior se convierte en un fuego que devora, que me cala hasta los huesos.
Trato de contenerla, pero no puedo.


A la crítica sobre la situación de rechazo del mundo a la prédica Cristiana, la misma se debe en gran parte a la falta de entusiasmo que el mensaje lleva, no por el mensaje en sí, sino que el que lo recibe no lo considera verdadero, porque los receptores no transmiten lo que el mensaje dice. No es creíble que el Reino de la vida eterna con Dios pueda producir tan poco entusiasmo, que no seamos llamas ardientes en al vivir una promesa semejante a la que estamos llamados. La Tibieza del anunciante desacredita el mensaje.
¿ Como puede alguien no vibrar y transmitir ese fuego que el mensaje posee si realmente lo cree, o lo vive??
No hay fuego en nuestro Corazón, y por tanto, al transmitir las palabras no transmitimos el contenido, al mismo Dios.
Como dicen nuestros detractores, nuestra Iglesia no arde, por tanto no ilumina.
Aunque pongamos la lámpara sobre la mesa, si no arde no iluminará a los que llegan a la casa.
En la noche del mundo solo brilla la luz, no pretendamos estar bien con Dios y con el mundo, porque el mundo no es luz ni la luz es mundo. Seamos Luz en el mundo, ardamos de amor por Cristo en el mundo…como desearía que ya estuviéramos ardiendo.
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martes, enero 01, 2008

Leíamos en LA NACIÓN de Buenos Aires:
EL CARDENAL BERGOGLIO QUIERE LAICOS MAS ACTIVOS
En declaraciones a la revista "30 Giorni", opinó que la Iglesia necesita misericordia y coraje apostólico Publicado en LA NACION, Jueves 27 de diciembre de 2007 <http://www.lanacion.com.ar/cultura/index.asp>
En una excepción a su regla de no conceder reportajes, durante su última visita a Roma aceptó ser entrevistado para 30 Giorni , una revista católica dirigida por Giulio Andreotti y publicada en italiano, inglés, alemán, español, francés e inglés. En el diálogo, el cardenal Bergoglio destacó el protagonismo que los laicos deben tener en la vida de la Iglesia y afirmó que, sin embargo, ellos están clericalizados, es decir, excesivamente dependientes de los sacerdotes.
El ejemplar de noviembre de esa revista, una de las más influyentes en el ámbito eclesiástico internacional, lleva la foto de Bergoglio en la tapa y le dedica un extenso espacio al diálogo mantenido en los últimos días de noviembre pasado con la periodista Stefanía Falasca.
Bergoglio había viajado a Roma para participar del consistorio convocado por el Papa, en el que proclamó nuevos cardenales, entre ellos los argentinos Leonardo Sandri y Estanislao Karlic. Sin embargo, una inflamación del nervio ciático le impidió asistir a las celebraciones; la dolencia retrasó una semana su regreso. "Tengo que volver", dijo Bergoglio en referencia a Buenos Aires, su diócesis, a la que llama "esposa".

En el reportaje -que se puede leer completo en www.30giorni.it-, el cardenal argentino afirma que "la clericalización de los laicos es un problema. Los curas clericalizan a los laicos y los laicos nos piden ser clericalizados... Es una complicidad pecadora".
En este sentido recordó que existieron comunidades cristianas japonesas que no tuvieron sacerdotes durante dos siglos y, no obstante ello, mantuvieron viva la experiencia de fe en su pueblo.
Impulsado por esta idea y convencido de que son muchos los porteños que no asisten a las iglesias, el arzobispo de Buenos Aires confió su razonamiento y estrategia: "Nuestros sociólogos religiosos dicen que la influencia de una parroquia es de 600 metros a la redonda. En Buenos Aires hay cerca de 2000 metros entre una parroquia y otra. Dije entonces a mis sacerdotes que, si pueden, alquilen un garaje y, si encuentran algún laico dispuesto, que vaya allí; esté un poco con la gente, haga un poco de catecismo, y distribuya también la comunión si se la piden".
Sugirió, al referirse a la actitud misionera de todo cristiano, que "salir de sí mismos es salir también de la quinta de los propios convencimientos considerados inamovibles si éstos arriesgan volverse un obstáculo, si cierran el horizonte que es de Dios". .
A una pregunta sobre qué deberían hacer los católicos que quieran anunciar el Evangelio, respondió: "Mirar a nuestra gente no por cómo debería ser, sino por cómo es y ver qué es necesario. Sin previsiones y recetas, sino con apertura generosa. En un mundo en el que no logramos interesar con las palabras que nosotros decimos, solo Su presencia, que nos ama y que nos salva, puede interesar".
En otra parte de la entrevista, Bergoglio afirmó que lo que más se necesita en la Iglesia es misericordia y coraje apostólico, es decir, "sembrar la Palabra" y "dejar que el Espíritu Santo haga el resto".
¿Qué es lo peor que puede pasar en la Iglesia?, fue la pregunta final, a la que Bergoglio respondió: "Lo que Henri De Lubac llama «mundanidad espiritual». Es el peligro más grande para la Iglesia, para nosotros, que somos Iglesia. [...] La mundanidad espiritual es ponerse en el centro a sí mismo. Es lo que Jesús ve entre los fariseos: «Ustedes que se dan gloria a ustedes mismos, unos a otros»".
Silvina Premat Para LA NACIÓN